Quizás haya que rescatar la filosofía, no la metafísica substancialista, ni la ética absoluta y deductiva, sino el escepticismo sediento del mirar de otros modos, tal vez como en su hora hicieron Hume y Nietzsche, y muchas páginas desgarradas de los variados existencialismos.
Rescatar el sabor del absurdo y de los laberintos de cogniciones, como pienso hicieron Kafka, Borges, Beckett, Thomas Bernhard, Godard.
Renunciar al menos de a ratos a las miradas registradas, cerrar los ojos para ver la topología incolora de nuestros miedos e incertidumbres objetivada en una foto expresionista donde nada tiene sentido y donde nada lo pide.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
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