jueves, 15 de noviembre de 2007

Tesis

Que un artista perplejo e inexperto
Ha tallado con inquieta paciencia
Las líneas que elegantes y discretas
Visten de timidez todos tus gestos.

Que el afán de sus trazos imperfectos
Brinda a tus movimientos la cadencia
Que concilia el encanto y la tristeza
Como un tango bailado en el destierro.

La cálida palidez de tu rostro
Y tu voz a un tiempo insolente y mansa
Delatan la sencillez y el asombro
De la mano que se sintió inspirada.
Y así es como ha logrado que tus ojos
Concedan a los otros una pausa.

1 comentario:

Yanina Audisio dijo...

Desgarro audiovisual de la pronunciada ajena cercanía