La señora que espera

- un valsecito-


La muerte es una señora
Más vieja que la más vieja
De todas nuestras abuelas
Una señora que espera.



La muerte es una señora
Paciente como ninguna
Espera en su mecedora
Que ocurran los accidentes
Que los enfermos que ceden
Se apiñen en su regazo
Que el tiempo que nunca para
Culmine con su trabajo
Y siempre tiene un conejo
Que saca de la galera
Para enseñar a los vivos
Cuan frágil es la existencia.

La muerte no tiene pausas, ni descansos, ni cariños
Más cumple con celo y brío un oficio muy mal visto
Y que es tan necesario aunque los hombres lo nieguen
Como el de aquellas parteras que siempre visten de nieve.

La muerte quizás se aburra, quizás se canse y resienta
Que nosotros por ignorantes despreciemos su faena
Los hombres sin conocerla la imaginan con verrugas
Arrugada, siempre fea, y más terca que una mula.
Más siempre hay quien la sueña como una dama muy bella
Cariñosa , elegante, y con manos que son seda.
Que hay veces que se disfraza
De una muchacha tan joven
Que atrae con su inocencia
A justos y pecadores

La muerte es una señora
Más vieja que la más vieja
De todas nuestras creencias
Una señora que espera.