Te deshaces del pudor y en las sábanas
Blandas urgidas de juegos de guerra
Y olvidos tu cuerpo cede y reniega
Arrebato, indolencias y falacias.
Otro cuerpo perfecciona la trampa
Con besos e insolencias que remiendan
Y desgarran devoción y sospechas
Hasta que finges alcanzar la nada.
Después el tiempo del después, tan yermo
Y pautado. El toque de los labios
ya displicentes conviene el silencio.
La mirada sin vicio y el acaso.
El reloj y el cigarrillo sincero.
El vapor de lluvias y desencantos.
jueves, 30 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Tan intuible la descripción, tan exactamente abarcativa la puntería...
Publicar un comentario